jueves, 24 de enero de 2013

El saco con fondo


"Crisis, crisis, puta crisis", cantaba Joaquín Sabina,
y no le faltaba razón, no.
La cosa es que lo hacía hace bastantes años y,
quién nos iba a decir que se iba a poner de moda.
Pero esta crisis no es económica, ni política,
ni siquiera financiera o monetaria.
Esta es una crisis de valores, de valores de la sociedad,
que ha entrado en una caída sin fondo,
en una espiral de conformismo, de transigencia sobre determinadas situaciones,
de intransigencia respecto a otras que no deberían sufrirla,
de pasotismo,
de mirar cada uno su ombligo y no importarnos si el de al lado revienta,
siempre que no sea el nuestro.

Ahora se habla mucho de volver a lo local  frente a lo regional, nacional o mundial.
Pero todo eso no nos lo ha quitado nadie,
lo hemos dejado perder nosotros mismos y ahora,
con el agua al cuello, como suele ocurrir siempre para que nos demos cuenta de las cosas,
nos vemos en la necesidad de recuperarlo.
Buscamos la forma de producir localmente para no depender de intermediarios,
 chupópteros, correveidiles (que diría el locuaz periodista José María García),
y demás animales racionales que pululan por el cosmos,
buscamos cercanía con nuestros correligionarios,
buscamos cariño, comprensión, apego y hasta amor.
Todo eso no sale como un truco de magia, debemos despertarlo en nuestras mentes,
no es una invención, es un descubrimiento,
y nos va a requerir bastante menos esfuerzo del que pensamos,
pero debemos dar el paso,
saludar a nuestros vecinos en vez de cerrar a toda prisa el ascensor cuando vemos que viene alguien
para no tener que charlar con él,
pidamos sal al de enfrente porque mañana necesitaremos aceite,
no bajemos la cabeza ante personas supuestamente desagradables porque la vida da muchas
vueltas y mañana esa persona puede ser nuestro jefe, nuestro amigo,
no prejuzguemos a nadie porque todo el mundo es relevante y sorprendente cuando nos ofrecemos la opción de escucharle,
y sobre todo, no bajemos la cabeza ante nada,
siempre erguidos, orgullosos de nosotros mismos y de lo que nos espera ya que seremos nosotros,
y no otros, los que lo construyan.
Animo...................................................................

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