jueves, 24 de diciembre de 2015

Sin Pi-edad

Sin piedad. Así se trata a la gente según va cumpliendo años. ¿Por qué?.
Para alguien de veinte años, alguien de quince es un crío o una cría.
Para alguien de treinta, alguien de veinte es un yogurín.
Para alguien de cuarenta o cincuenta, un/a de treinta es un bombón,
pero para alguien de treinta, un/a de cincuenta es un pureta.
Y así podríamos seguir indefinidamente.

Etiquetas sociales, pertenencia a un grupo, demarcación, límites, fronteras, separaciones, disociaciones, exclusión, humillación, menosprecio, juicio de valor, homogeneización, crítica, culpabilidad, minusvalorar, encasillar, apagar.
Todas estas y muchas otras palabras me vienen a la cabeza cuando percibo cómo tratan otrxs mi edad, la cantidad de años vividos.
Y me produce, fundamentalmente, pena. Pena, porque todas esas personas que me desechan para determinadas actividades o funciones o actitudes, se pierden conocerme. También lo lamento porque no me dan la oportunidad de conocerlas a ellas. ¡Por un número!

Para mi, la edad no existe. Es un invento más, como el día de San Valentín, o el Día del Padre o la Madre. La edad no existe porque no es. Porque, claro, la edad viene de la mano con adjetivos de todo tipo, a saber: joven, niño, viejo, mayor, pureta, yogurín, madura, dinosaurio, carcamal, abuela, además de los típicos cuarentón/a, cincuentón/a... .

En el mundo agrícola parece que está aceptado como joven hasta los cuarenta.
En cambio, para un "joven" universitario, alguien haciendo la carrera con cuarenta y pico sería, cuando menos, un puretilla.

Además, cada una de nosotras tiene una percepción distinta acerca de lo que considera joven o vieja respecto de otra persona. Nuestros intereses son variablemente distintos.

Entonces, ¿por qué esa obsesión por los años...?

No es ninguna nec-edad la notori-edad que está adquiriendo este tema. En esta soci-edad de precari-edad donde prima la propi-edad privada, donde todo es nov-edad. Donde la enferm-edad se cura según la antigü-edad, donde se premia la sol-edad por obligatori-edad, esta suci-edad donde la vari-edad es una nimi-edad, esta saci-edad donde la fals-edad no produce ninguna contrari-edad...,
...esta sociedad Sin Pi-edad,,,

sábado, 19 de diciembre de 2015

RAP.................A Polvos

No estoy bromeando
pero lo haré rapeando.
Alimentación y soberanía
no es ninguna utopía,
y para demostrarlo
vamos primero a explicarlo:
en la agricultura convencional
siempre nos pasa igual,
que ensuciamos la tierra
con un montón de mierda,
pero no de animales,
sino de químicos fatales.
Intentando matar al bicho,
¡que no es así, que ya te lo he dicho!.
A la tierra, amor y cuidado
y todo lo demás vendrá dado.
Que se trata de eso,
de que no te la den con queso.

Y, ¿quién convence a la gente
para pensar diferente?.
Hay que llamar al sindicato
que nos sale más barato,
y que hable con el gobierno,
a ver si lo pone tierno
y dejan de legislar
para el gran capital.
¡Queremos intercambio de semilla!,
es una cosa bien sencilla.
Y comer lo que producimos,
pero eso..., ya se lo dijimos.
Y lo mismo con los pastores
y con los pescadores;
¡artesanas, artesanos,
me los quitan de las manos!.

Hay que atacar el problema de raíz
y dejar de mirarse la nariz.
Desde las instituciones
hay que cambiar direcciones
y mirar otros modelos
que no están tan lejos:
"la agricultura familiar",
no estaba del todo mal,
sólo que ama estaba en la cocina
y aita en la tasca vecina,
después de currar a saco,
y ama en casa por si acaso.
También ha currado lo suyo
y el día entero, ¡capullo!.
Hay que cambiar estructuras
desde unas mentes maduras,
dignificando personas,
gordas, flacas, remolonas,
compartiendo, conciliando,
repartiendo, disfrutando.

¡Comer lo que producimos!.
Una y otra vez lo repetimos,
porque necesito saber lo que como
y, lo tomo o no lo tomo;
y conocer de año en año
qué es lo que no me hace daño,
sin engaño,
sin acatar lo que dice el rebaño.

Y, para que la pena merezca,
que crezca lo que crezca,
lo que de la tierra salga,
valga o no valga,
que para que esto sea sostenible
hay que dejar el monte libre
y, ¡a ver lo que crece!,
pero no lo vendas a trece.
Compra barato, vende caro.
No voy a pasar por el aro;
sólo quiero un precio justo
y quedarme tan a gusto.
Compro, compro, vendo, vendo,
y fiel a mis principios me mantengo.
Y mucho mejor entre varios,
sin grandes gastos bancarios,
que entre baserris nos apañamos,
comida, negocios o..., sólo estamos.
O vendemos a los urbanitas
repletas de verdura cestitas.

Y una cosa te digo, ¡escucha,
no abandones la lucha!,
que la pelea campesina
es la mejor medicina
para la soberanía alimentaria
y que no te tomen por paria.

¡No nos importan los cartuchos,
que somos muchas y muchos!.

Compartir conocimientos
sin tantos miramientos.
No guardarse secretos
como si fueran amuletos,
y escuchar a los abuelos
que saben mucho de suelos.

Así, si mengua la luna
no siembres cosa alguna;
si la primavera es fría,
tendrás cosecha tardía
y si hay frutas en la huerta
tendrás amigas en la puerta.

Ajo, sal y pimiento,
y todo lo demás...........CUENTO.

martes, 10 de noviembre de 2015

Oda a la diéresis


Dejadme que me santigüe
y pida algo que mi dolor amortigüe,
un ungüento, una pomada, algo de jengibre,
algo que mi cura atestigüe
y que me haga sentir libre,
volando sin volar como un pingüino
o secándome al sol como un baduino,
pero que mi futuro averigüe
para que así mi alma apacigüe
y, tirado el dolor por el desagüe,
encementarme......, y esperar a que fragüe......

La vergüenza y el desnudo


Vergüenza. ¡Vaya palabra!

Empezamos mal. Una palabra con diéresis; de esas de las que hay dos docenas en el idioma castellano. Y, por si esto fuera poco, su significado.
Tanto así: pudor, recato, turbación del ánimo por timidez o por la conciencia de alguna falta cometida o acción deshonrosa o humillante.

¿Nacemos con vergüenza? No, claro que no.
La vergüenza es algo adquirido, social. Pasamos vergüenza porque sentimos la mirada del otro/a, porque proyectamos su pensamiento o, simplemente, porque sabemos que nuestro acto no es aceptado socialmente como lo que se considera "normal".

¿Por qué nos da vergüenza mostrar nuestro cuerpo desnudo? Solo es piel. Lo único natural es la piel: dermis, epidermis, hipodermis. No hay más.
Menos es más, claro que si.

Al fin y al cabo, nacemos desnudos y morimos........, pues depende.

Yo no acabo de ver lo de los muertos bien vestiditos y arreglados para presentarse ante la "nueva vida". 
Somos materia orgánica y nos descompondremos igual con ropa o sin ella.

Hasta la "santísima iglesia católica" (me niego a poner mayúsculas) lo refrenda:
"Polvo somos y en polvo nos convertiremos"

Amén.....

martes, 20 de octubre de 2015

Justiprecio

Cuando lleno de refugiados en el mar se hunde un pecio,
siento mucha lástima y además, hacia ellxs, mucho aprecio,
por su valentía para huir de la guerra,
por sus malabarismos en el trapecio,
para llegar a una costa tranquila,
a un país sin un tan alto precio,
y entiendo que solo se puede ser un necio,
si no se siente hacia los gobernantes del viejo continente, desprecio,
por su arrogancia, por su constante menosprecio,
hacia vidas humanas vecinas con un porte recio,
solo porque alli no hay coltán, lutecio o tecnecio,
por eso en mis críticas, arrecio,
por tener que pagar encima un sobreprecio.
Salud, camaradas!!!

martes, 16 de junio de 2015

Problemas de lateralidad

En estos momentos de cambio ficticio
de movimientos consistoriales,
casi al llegar al nuevo solsticio,
no dejamos de recibir nuevas editoriales.

Un poco más de lo mismo:
acusaciones, excusas, intrigas, transfuguismo, recolocaciones,
mucho, mucho, pero mucho cinismo.

Unos siguen anclados en la más rancia derecha,
defendiendo privilegios y mi bolsa llena,
destrozando vidas con una flecha,
engordando y engordando como una ballena.

Otros pretenden ser la alternativa,
con nuevas ideas y mucha ilusión,
y se encuentran con incendios en archivos y mucha lavativa,
a eso se le llama traición.

Y otros pretenden ser de algo la llave,
no son derecha ni izquierda,
son los buenos, los que tienen la clave.

Pues por mi, ¡que se vayan a la mierda!

Derecha, centro, izquierda,
personas, familias, realidades,
política, abusos, recortes sociales,
¿o gente alegre, niñxs contentxs y adios a las desigualdades?

¿¿¿¿Problemas de lateralidad????




viernes, 15 de mayo de 2015

China, más o menos....

Madrid, Barajas. 24 de Agosto de 2007.
Moscú, Domodévodo. 25 de Agosto.

A la mañana, antes de llegar al hotel, tomamos un café o algo que se le parece en un puesto ambulante de la calle. Una señora arrastra un carrito donde lleva todo lo necesario: agua caliente en dos termos grandes, sobres de café, de azúcar, y algo en polvo que queremos creer que es leche.
Después, cogemos el metro. Los vagones se retuercen como si fueran muelles. Hombres fornidos, mujeres de piernas interminables. El metro, bastante viejo en si, pero muy funcional.
Después de un largo paseo en busca del hotel cargados como mulas, llegamos a nuestro destino.
Del hotel a la ruta turística.
Gozamos mucho al llegar a la Plaza Roja. Sus palacetes parecen sacados de algún cuento para niños, edificios que parecen helados de chocolate, de piña, de melocotón...., de frambuesa.
El grupo funciona. Piro nos saca de algún que otro aprieto gracias a su dominio del inglés. Jaume es la energía del grupo, incansable, inagotable. Clhoe pone el punto de romper distensiones. Su forma directa de atacar los problemas, esa naturalidad, hace más llevaderos muchos momentos. Adríán se me descubre como una persona con gran personalidad y una vasta cultura. Yo, Cano,  aporto mi granito de arena en lo que puedo.
Nos choca el contraste de ver una nueva burguesía dentro de lo que hasta no hace mucho era un régimen comunista. Los nuevos ricos se adueñan de Moscú.
Los puestos callejeros vendiendo perritos calientes, kebacks y refrigerios varios se multiplican por la ciudad.
Vimos máquinas de reciclaje de latas que devuelven dinero a cambio.¡Lástima que no sea extensible ese sistema a las botellas de cristal que hay tiradas por el suelo en las calles!.
Volamos dirección Beiying.

Beiying, Aeropuerto. 27 de Agosto.
El cambio con el euro viene a ser de unos diez yuanes por cada euro.
Sirva como ejemplo: una cerveza de 600 ml cuesta 3 yuanes.
Así las cosas, regamos siempre la comida con la cerveza local, Tsingtao. Nos resulta lo más cómodo, más aún que pedir agua. Será una parte esencial en nuestra alimentación. El calor y la humedad reinantes lo antojan propicio.
¡Dormir!. Una de las cosas que más echaremos de menos en este viaje será eso, dormir. Eso....., y el pan.
Intentar aprovechar al máximo los días es lo que tiene. Realmente, es que no apetece dormir. No queremos perdernos absolutamente nada.
Al día siguiente, alquilamos unas bicis y nos metemos de lleno en Beiying.
Todo fluye. Nadie se enfada. Ni un mal gesto siquiera. El tráfico se autoregula por un uso continuado del claxon. Al final, te haces a todo. No hay más remedio.
Próximo destino: Guilin.

Guilin, Aeropuerto de Liangjian. 29 de Agosto.
Llegamos al aeropuerto de Guilin a las dos de la mañana. El aeropuerto bastante decrépito, casi como abandonado y lleno de zonas en obras.
Salimos al exterior con una única nota con la dirección del hotel escrita en mandarín que, amablemente, nos anotó la chica de recepción del hotel de Beiying. Enseñamos la dirección del hotel al chofer del autobús y accede a llevarnos por el precio de 25 yuanes por persona. Nos parece justo.
Llegados a destino, aunque no muy convencidos, bajamos del autobús y nos encontramos en medio de la nada, bueno, en medio de una calle que estaba en medio de una ciudad, que está en medio de la nada, o sea, eso. Preguntamos a dos chicos que están en la puerta de un edificio y nos llevan a una callejuela estrecha cercana donde varios de nosotros empezamos a desconfiar. Finalmente, consiguen que nos abran la puerta y subimos a la cuarta planta con ellos. En el hotel, hostal, ? nos dan las llaves de nuestras habitaciones y, tras dejar los equipajes, acordamos invitar a los dos chicos chinos a tomar una cerveza. Tsingtao, claro.
Bajamos con Yao y Mong y, en una calle cercana, entramos a un bar de unos conocidos suyos a  beber cervezas con unas pocas raciones de caracoles, cangrejos y pinchos varios hasta bien entrada la noche, casi hasta que nos echan.
Al pie del cañón nos quedamos los tres mosqueteros: Jaume, Adrián y el que escribe. Contando claro, con la inestimable compañía de nuestros amigos Yao y Mong, además de una simpática camarera del bar que se unió a ese extraño grupo. Abandono de la última componente del grupo. Nuestros dos amigos chinos no hacen más que insistirnos en que nos vayamos al hotel. ¡Let´s go, let´s go!, repiten sin cesar cada vez que terminamos una cerveza.¡Pi jou, pi jou!, les replicamos. Nos vamos a dormir cerca de las seis de la mañana.
Desayunar a la mañana y empezar con picante golpea al estómago más rebelde.
Un paseo por aquí y por allá y nos adentramos por callejuelas imposibles que conviven a veinte metros escasos de modernas edificaciones con absoluta naturalidad.

Siguiente día. A las diez y media nos vienen a recoger al hotel, hostal, ?, para bajarnos el río Li en dirección a Yangshuo.
Resulta que hay precios oficiales para los habitantes de allí y precios diferentes para los turistas.
El viaje en barco del estado ( el único permitido a los turistas) costaba doscientos cuarenta yuanes por persona. En el embarcadero conseguimos que nos lo dejaran en ciento cincuenta yuanes pero ilegamente.
Bellísimos paisajes. Enormes montañas alrededor, cubiertas de vegetación hasta la misma cima, bosques de bambú, un tráfico intenso de embarcaciones río arriba y río abajo y pequeños pueblos de madera. Parecía como si las casas salieran de la tierra y crecieran cual vegetal que se riega y germina.
Comienzan los bailes de barcos. Al de poco tiempo, nos trasladan a dos pequeñas embarcaciones a motor construidas con cañas de bambú hasta que nos vuelven a trasladar a otra lancha. Tras todos estos cambios, apresuradamente, nos indican que nos bajemos y montemos en una moto con un remolque y varios asientos para llevarnos a los cinco. Las mochilas continúan río abajo en la embarcación. Llevamos el pasaporte y....., gracias.
El patrón de la lancha nos hizo un gesto de saludo militar indicándonos el curso del río y, posteriormente, las dos muñecas superpuestas una encima de la otra ( la lanzadera del estado escudriñando todos los rincones para descubrir lanchas ilegales y posible pena de cárcel).
Con un contacto telefónico constante tienen localizada la lanzadera estatal constantemente y, en base a ello, organizan sus recorridos.
¡Hola Yangshuo!.
Parece un pueblo más turístico de que venimos buscando. Directos al Youth Hostel. La relación calidad-precio de esta cadena está bastante bien proporcionada.
Paseo un rato y llegamos a una plaza donde decenas de puestos humeantes muestran al viandante los productos que ofertan. Pescados vivos en sucias cubetas esperan agonizantes su final, decidido de antemano. Ranas, gallinas, ratas secas estiradas que parecen murciélagos, patos muertos pelados.... .
Al final, nos sentamos en uno cualquiera de ellos. Pedimos pato, pescado, arroz en alguna de sus variedades y una mezcla de vegetales salteados. Los wok funcionan a una velocidad de vértigo.
Ha sido un día muy largo. Los días dan para mucho. Lo malo es que, a veces, las noches también. Jaume y Adrián roncaron a placer ese día.
1 de Setiembre.
Marcamos una ruta, alquilamos unas bicicletas y...., dirección a Fuli, un pueblecito bastante más pequeño que Yangshuo (de hecho, creo que pertenece a él) y, esperamos, bastante menos turístico. En fin, en Fuli había un mercado agrícola ese día, lo vimos de pasada en las bicis y dimos una vuelta por el interior del pueblo, comimos algo y disfrutamos del paisaje: verde que te quiero verde, hombres y mujeres trasegando en sus espaldas pesadas cargas (desde comestibles a azulejos) con una barra de bambú con el peso repartido en dos canastas.
Volvimos a Yangshuo y devolvimos las bicis. Empezamos a estar un poco hartos de Yangshuo.
2 de Setiembre.
Cuando me levanto, tengo los dos oídos taponados. Mi querido padre al que también se le taponan habitualmente, trasladó a su hijo tan preciado legado. ¡Joder, papá!. Día sin contratiempos.
Al siguiente día, dialogamos largo y tendido sobre cómo organizar el resto del viaje. Había múltiples opciones: la isla de Heinan, la provincia de Ghizou.... . Al final, entre todas, surge una nueva:
Pign´an.
Llegamos a Pign´an el 3 de Setiembre. Es una aldea donde vive una minoría étnica que resulta ser la mayoritaria en China: los hen.
Vestimentas de vistosos colores, mujeres afables que, a nuestra llegada, se apilan en torno a nosotros para intentar cargar nuestras mochilas y a nosotros mismos en unas sillas que llevan entre dos de ellas con un par de palos en medio de sus hombros. El poblado se encuentra en plena montaña, como pidiendo permiso a la abundante vegetación para levantar sus preciosas edificaciones de madera. Ambas se piden permiso para crecer. Ambas se respetan.
Interminables escaleras de piedra serpentean por la montaña para acercar a sus habitantes hasta las casas y miradores que observan kilómetros de bancales de arroz y otros cultivos alrededor del poblado, casi desde el cielo. Es como si el tiempo se hubiera detenido, como si los relojes no fueran necesarios, como si los calendarios sobraran. Una inmensa paz lo envuelve todo. Hasta las gotas de agua que caen de los tejados, parecen hacerlo a cámara lenta. Las voces parecen mitigadas. La niebla va y viene sin hacer el más mínimo ruído. Alguna mosca que curiosea en mi habitación, rompe momentáneamente esta calma.
Allí, conocemos a Liao. Habla muy bien inglés ya que había estado estudiando en el extranjero para perfeccionarlo. Nos comenta que en el poblado viven tres familias que se reparten el trabajo. Una familia lleva el hospedaje, otra el tema de la restauración, comidas, etc.., y la tercera es la encargada del transporte de las gentes y sus equipajes.
Cuando llegamos, intentaron en vano subirnos los equipajes y a nosotros sentados. Nos negamos porque nos pareció humillante para ellas y subimos andando cargando con nuestros equipajes las aproximadamente quinientas escaleras hasta el pueblo. Resulta que lo que conseguimos fue dejar sin el sustento a una de las familias. Hay muchas veces que no sabes cómo acertar. En fin.... .
Dos días más tarde, decidimos nuestro próximo destino: Sangyang.
5 de Setiembre. Sangyang.
Un día fue suficiente en esta población. El tiempo suficiente para formar una expedición a la estación de tren a unos seis kilómetros del pueblo para conocer horarios y fechas hacia Heinan.
Un empleado de la estación, con la ayuda del diccionario y grandes dosis de paciencia por su parte nos facilitó horarios impresos en una hoja, precios y días disponibles.
Próximo destino: la isla de Heinan.
Primero tenemos que tomar un tren que, tras diez u once horas, nos dejará al final de su recorrido en Zhangjiang. Desde alli, tres horas en autobús para coger el ferry que nos llevará a la isla. El ferry, casi unas dos horas.
Subimos al tren y alucinamos. La verdad es que yo, antes de venir a China, me leí un libro (China para hipocondríacos), donde el escritor o escritora, no recuerdo, narraba su experiencia de dos o tres meses por China y, entre otras cosas, contaba un viaje largo en tren que hizo y sus peripecias. La descripción era bastante acertada.
Atravesar los pasillos del tren era harto complicado. La gente se apilaba tumbada en posiciones imposibles, otros dormían de seis en seis cabeza con cabeza en mesas de apenas medio metro cuadrado. Entre vagón y vagón, gente tumbada en el suelo, encima del lavabo, debajo de él. Algún vagón de éstos, tenía viejos ventiladores. Otros, ni eso. Nadie se quejaba. Sólo estaban.
En esos trenes, sólo venden billetes de asiento normal y, una vez en él, se puede negociar un suplemento para dormir en litera o cama. Lo hacemos ante la imposibilidad de encontrar un pequeño hueco para aposentarnos.
Nos llevan varios vagones más adelante, nos señalan cinco literas, separadas todas ellas en cinco compartimentos distintos en los que hay tres alturas. No equidistantes, no. Entre la de abajo y la de enmedio, un espacio aceptable. Entre la de enmedio y la de arriba, un espacio digno. Y, entre la de arriba y el techo...., lo que queda. Vale, chicos, hasta mañana.
Y ya estamos en el ferry. Creo que es 7 de Setiembre.
El ferry se cae a trozos. Todo el hierro que lo sustenta está tan podrido y oxidado que, apoyarse en la barandilla, resulta temeroso. Levamos ancla y partimos rumbo a Haikou, al norte de la isla.
Alquilamos un coche para recorrer la isla a nuestro libre albedrío. Cogemos la autopista del este por la costa (Eastern Expressway) y tras unos ciento cincuenta kilómetros, nos detenemos en un pueblo costero para tomar contacto con el Pacífico.
En una película que vi hace tiempo, "Cadena Perpetua", los dos protagonistas principales (Morgan Freeman y Tim Robinsson) dialogan sobre qué harían si fueran libres y pudieran salir algún día de la cárcel. Tim Robinsson, en una magnífica interpretación, le comenta a Morgan Freeman que él se iría a un pueblo del oeste de México llamado Ciguatanejo. Ante la pregunta de por qué, contesta que está en la costa bañada por el Pacífico y que dicho océano le encanta porque dicen que no tiene memoria. El no necesita que nadie ni nada le recuerden su pasado. Yo, no por la misma razón, pero también tenía ganas de conocer el Pacífico.
Al atardecer y, ante la amenaza de lluvia, terminamos en Sanya. sabemos que allí hay un Jouth Hostel y lo buscamos.
Los puestos callejeros que llevamos viendo a lo largo de todo el viaje, cuidan aquí bastante más la higiene y la presentación. Se nota que es una zona casi exclusivamente turística y, quieren que siga siéndolo.
11 de Setiembre. De nuevo, rumbo a Haikou.
Tras una media hora de viaje, empiezan las complicaciones. Atardece y sólo tenemos un foco operativo en las luces del vehículo. Además, se pone a llover y la carretera es muy sinuosa llena de constantes curvas. Tres horas y media más tarde, hemos llegado más o menos a la mitad del camino y hemos recorrido apenas ciento sesenta kilómetros.
Se despierta el resto del grupo y entramos a tomar una cerveza a algo más parecido a una casa familiar que a un local de restauración. Pasamos dentro y pedimos unas cervezas. Casi antes de que nos demos cuenta, están troceando un pollo, cocinando arroz y calentando agua con aceite y alguna especia para cocinar el pollo en el centro de nuestra mesa. Traen verduras para echar el caldo, salsas varias, ajo picado.... .
Lo curioso de esta cena es que además de darnos de comer, intentan educarnos en lo que ellos consideran buenos modales en la mesa.
Nos muestran que echar la sal con la mano no es apropiado. Que la cerveza no se debe beber a morro como hacemos nosotros, sino servirse en pequeños vasos. Que, cuando se brinda (que se hace a menudo), se bebe todo el contenido de una sola vez. Que un comensal sirve a los demás antes que a él mismo. Que determinadas salsas son para determinadas comidas y no se utilizan aleatoriamente. En fin, que la cena resulta muy educativa en una casa muy humilde.
12 de Setiembre. Ultimo día en la isla. Esa noche cogemos un avión de vuelta a Beiying.
Al día siguiente y, ya en Beiying, recuperamos asuntos pendientes que dejamos a la ida. Entre otros, la Ciudad Prohibida. Todo un descubrimiento.
El día siguiente lo agotamos en el mercado de la seda. Compras y más compras en un centro comercial inmenso. Se podía ver todo el proceso de la seda, desde la crisálida hasta la confección final. Muy instructivo, la verdad.
Siguiente día. Taxi al aeropuerto y en ocho horas aproximadamente, de Beiying a Moscú. De allí a Madrid. En el aeropuerto de Moscú, antes de coger el vuelo, se empieza a oir hablar más alto en las colas de embarque. Se nota que estamos de vuelta.
Otro vuelo de unas seis horas y llegada a Barajas.

Esperamos poder repetir una experiencia así en breve..............

jueves, 23 de abril de 2015

La primera rosa

Al llegar la primavera
salen flores en todos lados:
azul, amarillo, morado.
Ninguna a la otra espera.

Pero hay una especial flor
de diferentes colores,
con pinchos para los depredadores,
que identificamos con el amor.

La regalamos en bautizos,
comuniones
y todo tipo de celebraciones.

Más una cosa has de saber:
que la primera rosa
especial es.

Si la pretendes cortar,
a las demás vas a asustar.

No florecerán por miedo a que,
si muestran sus encantos,
sigan el camino que
tú les estás mostrando.

Respeta y admira su belleza,
huele su delicadeza,
y lxs dos estaréis ganando...

jueves, 16 de abril de 2015

La mochila

Una vida, o dos, o más... .
Muchas personas de por medio.
Millones de objetos, ocurrencias, sucedidos,
Y una mochila que lo alberga todo.
Una mochila que no tiene peso máximo.
Una mochila que puede con todo.
Imposible llegar a la cima. Demasiado peso, aún así.
Hay que soltar lastre.
No aferrarse al pasado, no vivir de las exiguas rentas,
porque hay ingentes cantidades de vivencias,
de personas, de situaciones que ya no caben.
En un rinconcito pequeño de nuestro cerebro,
hay una cavidad que la gente desconoce,
denominado: recuerdos.
Guardo ahí cuatro retazos de alegrías,
dos trozos de sinsabores,
y un gran pastel de felicidad.
Ya hay sitio de nuevo para lo que venga.
Ya dejé que lxs demás disfruten de lo que,
en cierto modo, fue mío, ahora de todxs.
Salud, camaradas

jueves, 9 de abril de 2015

Cu-cu

Cu-cu, cantaba el cuco,
con plumas brillantes
y ojos pintados,
cu-cu, aquí no hay truco,
aquí hay flores muy grandes
y verdes prados,
cu-cu, volaba y volaba,
por árboles, ramas,
y todo alcanzaba,
cu-cu, adiós al invierno,
al frío, la lluvia,
y también al viento,
cu-cu, hola primavera,
colores gigantes
de alguna manera,
cu-cu, cantaba el cuco,
cu-cu, aquí no hay truco.

lunes, 23 de febrero de 2015

H O Y

Lluvia de ideas,
sombras de sospecha,
vientos de cambio,
temores infundados,
pavor desmedido,
miedo escénico,
mentiras interesadas,
silencios opacos,
comentarios siniestros,
dudas razonables,
inocencia perdida,
.............................,
agua de borraja