martes, 17 de diciembre de 2019

La luz y la sombra

Amanecí y llovía,
despierto, atento.
Un día, otro día,
llovía en todo momento.

Mi karma no está para trotes;
ando bajito, flojo, sin brillo.
No soporto más azotes;
cierro el corazón y echo el pestillo.

Bicho bola, bicho bola,
me aparto del mundanal ruído!
Esto mola, esto mola,
parezco un prófugo huído!

No parece la mejor solución
esconder la cabeza.
Prendo la radio, una canción;
no hay fuerzas para otra destreza.

Sal del agujero, patán;
busca al sol y la luna.
Saca brillo al delantal,
patatas fritas y una aceituna.

La Navidad no ayuda mucho;
me parece lúgubre y triste.
Pienso hasta en un cartucho.
Nada de eso!, no sea que me despiste.

Mejor empezar de nuevo,
otra vez, ya aburren tantas!.
Cuesta empezar el juego
entre unas y otras andanzas.

El futuro sin razón,
el pasado sin recuerdo;
solo el presente, un tazón,
chocolate sin descuento.

Poco a poco la flor
abre pistilos y hojas,
desplegando su esplendor;
azules, verdes o rojas.

Llegará la primavera;
volverá sigiloso el sol.
Me echaré a la carretera,
buscando sin pretensión.

Lo que sea, que sea;
no voy a poner excusas.
Solo que yo lo vea
sin imágenes difusas.

Así que sigo a la espera
de una nueva circunstancia;
un trabajo, una candela,
algo que me de sustancia.

Caminante no hay camino,
se hace camino al andar;
marca claro tu destino
y no des ni un paso atrás.

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