miércoles, 4 de abril de 2018

A callar

No voy a decir nada,
porque acabo en prisión;
no voy a decir nada
aunque me apetece un montón.

No diré nada del rey
ni nombraré la monarquía;
me aplicarían la ley,
montarían una cacería.

No voy a hablar de los jueces
heredados del franquismo.
Hay buenos, hay malos. Hay veces
que nos llaman "populismo".
Nos llevarán a una audiencia
a defender un proyecto:
supremo, pura excelencia,
nada torcido, muy recto.

No voy a decir ni digo
de la patada en la puerta
o de las leyes-castigo
y toda la gente muerta.

No voy a hablar tampoco
de la seguridad en los cuerpos;
si me gusta mucho o poco
o si son ciegos o tuertos.

No voy a decir ni digo
de la gente como dios manda:
la católica, la protestante,
la que es testigo de...
...de lo que tiene delante.
¡Si dejaran de mirarse el ombligo!.

No voy a hablar
ni de soslayo
de la pluralidad
en las televisiones y radios.

Si el que cobra es cobrador,
¿qué es el que dicta..., las órdenes?.
No lo diré, ¡con perdón!,
serían públicos desórdenes.

Pero si voy a decir y digo
de la injusticia social,
del expolio del que somos testigo,
de todo este bacanal.

Si voy a decir y digo
de las tristes pensiones:
la mía, la de tu amigo,
los robos sin condiciones,
la libertad de expresión,
los talentos siempre huídos,
la muerte digna, el copón,
los derechos adquiridos.

Si voy a hablar y hablo
de las generaciones perdidas,
la educación, los vocablos,
la alienación de las vidas.

Voy a nombrar y nombro
la naturaleza y la comida.
En el mar solo hay escombros,
¡no avistaremos salida!.

Seguro que me faltan versos
y algún que otro castigo
para denunciar lo adverso,
para No decir lo que No digo.

No soy rapero,
no soy nada.
Soy una mierda
de hache intercalada.

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